jueves, 31 de diciembre de 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza

Hace algo más de tres años, la noticia de que Disney iba no sólo a apropiarse de la marca Star Wars sino que tenía intención de producir para el cine una nueva trilogía, tuvo una sorprendente reacción en contra por parte de los fans de la saga. Éstos temían por lo que "la edulcorada Disney" pudiera hacerle a la serie de George Lucas, acaso ignorando los daños que el propio Lucas ya había producido sobre la franquicia, con una trilogía-precuela resuelta con prisas, torpemente filmada por el director con ayuda de unos efectos especiales por ordenador excesivos y carentes del encanto del cartón-piedra de su producción original... cartón-piedra que, por cierto, Lucas se había encargado de profanar en cada uno de los innecesarios tuneos acometidos sobre Una nueva esperanza, El imperio contraataca, y El retorno del Jedi. Una vez visto el resultado, digamos que "la edulcorada Disney" ha producido la que probablemente sea la entrega con mayor número de vidas inocentes masacradas, sumando a la escena inicial en el que las tropas de la Primera Orden asesinan a todos los habitantes de una aldea, el momento en el que esa nueva estrella de la muerte llamada Starkiller destruye todo un sistema planetario y a sus habitantes. Digamos también que "la edulcorada Disney" ofrece por fin una entrega acorde con el espíritu de las películas originales y que no desmerece en calidad a tres películas que, al margen de suponer un hito de la industria del entretenimiento y un referente en la disciplina del merchandising cinematográfico, tampoco son obras maestras del séptimo arte. Y es que incluso ese humor blanco en los diálogos de personajes como Poe Dameron (Oscar Isaac) a la manera de recientes (y temibles) blockbusters Disney de imagen real como Piratas del Caribe insufla algo de la personalidad y el descaro "a lo Han Solo" que les faltaba a los personajes de La amenaza fantasma y sus sucesivas entregas.

No obstante, hay en El despertar de la fuerza una excesiva preocupación por no perder el favor de los fans de Star Wars reflejada en un guión repleto de lugares comunes, hasta el punto que el guión escrito por el habitual Lawrence Kasdan junto a Michael Arndt y J.J. Abrams, también director de la cinta, parece más un remake de los primeros episodios que una continuación de aquellos, como si sus creadores no se conformaran con rescatar a los personajes (y a los actores) de la saga original sino que, además, necesitaran recrear los mismos escenarios y transitar por los mismos giros narrativos. Ello hace que el resultado peque de previsible, que Abrams apenas pueda sorprendernos con su narración, aunque sí que tiene tiempo para deleitarse descubriendo la imaginería del universo de George Lucas, como cualquier fanático del mismo, sobre todo en el primer tramo del relato, donde la joven Rey (Daisy Ridley) comercia con la chatarra que extrae de un enorme star destroyer abandonado en el desierto, descansa sobre los restos de un vehículo AT-AT o huye junto al desertor de los storm troopers Finn (John Boyega) en el mítico Millennium Falcon (vehículo que Abrams nos presenta inteligentemente fuera de plano, cuando Rey se refiere a éste como "chatarra" sin que los espectadores sepamos a qué se refiere). Es en secuencias de acción como ésta, el escape de Poe y Finn en un tie fighter o el contraataque de un escuadrón de x-wings a un escenario sitiado por la Primera Orden donde Abrams supera como director a los trabajos de George Lucas e iguala a los de Irvin Kershner y Richard Marquand, a pesar de los baches narrativos que sufre el conjunto, como esa alargada presentación/lucimiento de Han Solo (Harrison Ford) donde el personaje tiene que enfrentarse (otra vez) a los problemas que le causan sus labores como contrabandista, o esa visita a la cantina regentada por Maz Kanata (Lupita Nyong'o), que depara la secuencia peor integrada en el frenético devenir del relato, por más que la misma incluya un pasaje imprescindible en la que sin duda es la idea más interesante y mejor llevada por Abrams de cara a mantener el interés por el relato: la búsqueda del legendario Luke Skywalker, que concluye en un hermoso epílogo con la presentación del verdadero (y envejecido) rostro de Mark Hamill, perfecto símbolo de la comunión entre lo viejo y lo nuevo, y excelente presentación para las futuras secuelas.

Star Wars: The Force Awakens - J.J. Abrams - 2015 [ficha técnica]
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martes, 15 de diciembre de 2015

El viaje de Arlo

The good dinosaur es lo más parecido a una película maldita que los estudios Pixar han sufrido hasta la fecha. Con un proceso de producción de seis años, el proyecto fue acumulando retrasos que ocasionaron un sonado descuadre en el calendario de estrenos de Disney en general y de Pixar en particular. Originalmente planificada para estrenarse en 2013 (en la fecha que finalmente ocupó Frozen, uno de los mayores éxitos de Disney en toda su historia) problemas con el guión, con la producción y, en definitiva, con los exigentes estándares de calidad del estudio de John Lasseter, obligaron a tomar serias medidas, reemplazando piezas del equipo creativo tan importantes como su productor (Denise Ream por John Walker) o, sobre todo, su director: tras años de duro trabajo en un film muy personal, Bob Peterson fue sustituido por otro debutante, Peter Sohn, mientras que la compañía vivía momentos dramáticos en medio del despido de más de un centenar de empleados. Con Sohn a las riendas, y bajo la rigurosa supervisión de los directivos del estudio, el proyecto adoptó importantes cambios argumentales que obligaron a retrasar el estreno dos años, siendo 2014 el primero de muchos años en los que la factoría no estrenaba ningún largometraje, y 2015 el primero en toda su historia con una entrega doble. Y esto parece haber terminado de perjudicar el éxito del proyecto, porque mientras la muy taquillera Inside out fue una película esperada, oportunamente presentada (y aplaudida) en Cannes, se diría que la millonaria campaña de marketing de The good dinosaur no ha tenido la contundencia suficiente, y tras semanas en cartel ya se habla de fracaso comercial.

Lo cierto es que hay algo de extraño en el relato que nos cuenta The good dinosaur, demasiado lineal, que a veces peca de un excesivo subrayado mediante la partitura de los hermanos Jeff y Mychael Danna, y carente del nervio narrativo de casi cualquier otra producción Pixar (incluso recuerda a ratos a la olvidada Dinosaur, un fallido acercamiento al tema en 3D por parte de Disney y al margen de Pixar), pero que tampoco merece semejante suerte. Y es que, al igual que me parecieron injustos los palos que la crítica dio a Cars 2 y a Monsters University, no comparto el frío recibimiento del público hacia la que seguramente sea una culminación técnica en la animación por ordenador, ofreciendo los paisajes artificiales más realistas que un servidor jamás ha visto en una pantalla de cine, al tiempo que desarrolla con un adecuado ritmo una idea muy original: en ese pasado contrafactual en el que ningún meteorito impactó contra la tierra hace sesenta y cinco millones de años (algo que la película nos cuenta de manera brillante en pocos segundos y sin ninguna voz en off), los dinosaurios herbívoros se dedicaron a la agricultura, y los carnívoros a la ganadería, mientras que el ser humano aparece como una alimaña que devora las despensas y al que hay que aniquilar o domesticar. De hecho, esa familia de sapiens que terminarán cerrando un final feliz para el pequeño Spot, aparecen a menudo en el horizonte, inquietando al dinosaurio protagonista, acaso significando la amenaza que los humanos algún día serán para su especie y para toda la naturaleza.

The Good Dinosaur - Peter Sohn - 2015 [ficha técnica]
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viernes, 4 de diciembre de 2015

Mad Max: Furia en la carretera

En los treinta años que separan Mad Max más allá de la cúpula del trueno de Mad Max: Furia en la carretera (libre traducción en España de lo que debería ser "Mad Max: Carretera de Furia") el autor de la trilogía original y de esta nueva entrega, George Miller, ha recorrido una senda como director cada vez más cercana al cine infantil, pasando de Las brujas de Eastwick y El aceite de la vida a la secuela Babe, el cerdito en la ciudad y a las dos entregas de Happy feet. Ello da como resultado que este reboot de las aventuras de Max Rockatansky (Tom Hardy) sea, en el fondo, un film más dirigido a un público familiar de lo que aparenta a simple vista, cuyo diseño de producción frecuenta lo desagradable pero sin rozar lo políticamente incorrecto (como delatan esas imágenes resueltas fuera de plano, como el parto de un bebé malogrado o la muerte de un villano al que la máscara que le permite respirar le es arrancada de cuajo). Nada hay de malo en ello, pero es un síntoma más de que el director ha vivido una especie de retiro creativo durante los casi quince años que estuvo intentando hacer realidad este proyecto. De hecho, las referencias cinematográficas que encontramos en esta entrega nos llevan a títulos como Brazil de Terry Gilliam o Dune de David Lynch, ejemplos del cine fantástico de cuando Miller puso punto y aparte a esta saga. No obstante, el cineasta se muestra más en sintonía con lo que ha evolucionado en todo este tiempo la industria de entretenimiento, y concibe su película como una inmensa introducción a cualquier videojuego de aventuras de última generación, esas piezas audiovisuales en los que prima la acción sobre una historia y un diseño de personajes muy básico, definidos de un plumazo. De hecho, las flaquezas de este nuevo Mad Max están precisamente allí donde el narrador intenta profundizar, como en ese gran bache central en el que los personajes encuentran a las últimas de las llamadas "Many Mothers", en un proyecto donde se nota, para bien, una esforzada pre-producción consistente en el desarrollo de miles de storyboards, antes incluso de preparar un guión que, no por casualidad, co-escribe el artista gráfico Brendan McCarthy.

Mad Max: Fury Road - George Miller - 2015 [ficha técnica]
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sábado, 31 de octubre de 2015

It Follows

Entre las muchas virtudes que demuestra David Robert Mitchell en su segundo largometraje se encuentra un interesante respeto al punto de vista cinematográfico, no en un sentido visual (es decir, no porque el realizador sitúe a veces la cámara en primera persona) sino en uno narrativo: It follows es una película conducida desde las vivencias de su personaje central, la joven Jay (Maika Monroe), por ello al espectador se le muestra lo que la chica conoce y siente. Incluso la primera secuencia, único momento en el que la protagonista no está presente, está planteada en torno a esta idea: en ella vemos a otra adolescente, Annie (Bailey Spry), huir aterrada de un perseguidor desconocido, oculto para el espectador, por una decisión de planificación que no (solo) responde a ese estándar del cine de terror consistente en no enseñar al monstruo a las primeras de cambio, al contrario, el espectador no puede ver lo que persigue a Annie porque si Jay, la conductora del relato, estuviera allí, entonces tampoco podría verlo. De hecho, a excepción del momento final en el que el director decide no mostrar la amenaza por una decisión, aquí sí, efectista (como veremos, el espíritu que ataca a la joven es el de su propio padre), Mitchell lleva a rajatabla esta idea, de manera que en su primera aparición ante Hugh (Jake Weary), la protagonista todavía no puede ver a la misteriosa mujer de amarillo a la que Hugh señala en varias ocasiones, y no será hasta que Hugh ya haya "contagiado" a Jay con la maldición, en la célebre escena en la que ella está atada a una silla con ruedas, cuando los espectadores podamos ver la terrorífica forma de una mujer desnuda que se acerca, impasible, hacia su víctima.

Esta idea del punto de vista se hace, si cabe, más notable en cuanto que el realizador filma cómo Jay se observa a sí misma en contraposición a la visión que tiene del resto de personajes. Volviendo a la primera secuencia, el director muestra a la joven Annie ligera de ropa y corriendo en tacones, viendo continuamente el cuerpo de la chica al completo, como un claro objeto de deseo, antes de ser brutalmente deformado; la víctima perfecta de esa amenazante maldición que se transmite mediante el apareamiento... nada más lejos de la imagen que se nos da de Jay, incluso en esos planos medios en ropa interior, de los que parece haberse eliminado su contenido erótico, pero sobre todo en esos planos cortos de sus pies o sus manos, lo propio de quien se mira a sí misma como una persona, y no como un juguete sexual. Es cuando Hugh recomienda a Jay y sus amigos que la joven traspase la maldición, igualmente, por vía sexual, cuando la realización deja paso a un interesante juego de planos en los que el sexo aparece latente, casi desafiante, entre tanto muchacho rebosante de hormonas: plano del atractivo Greg (Daniel Zovatto) como posible receptor de la maldición, plano de una hermosa Yara (Olivia Luccardi) durmiendo, indefensa, como un elemento más en la cadena de depredadores, plano del feo Paul (Keir Gilchrist) voluntario para acostarse con Jay a cualquier precio...

Tanto o más interesante en It follows es cómo explota las capacidades de los escenarios en los que se mueven los personajes. Volviendo de nuevo a la secuencia introductoria, el realizador explora esa solitaria y fría calle al atardecer, por la que huye Annie, con un lento movimiento de cámara de trescientos sesenta grados al que volverá de manera recurrente a lo largo del metraje, permitiéndole describir los espacios por los que Jay descubrirá, aterrada, esas figuras humanas que se dirigen hacia ella. El terror emerge así de lo cotidiano, pero la cotidianidad para Mitchell es casi igual de perturbadora, adornada con unos oportunos acordes eléctricos, y recreada con un sofisticado diseño de producción repleto de anacronismos, que dan a la historia un contexto atemporal. Todo ello ofrece una atmósfera desconcertante, que permite al director ofrecer momentos tan brillantes como el mencionado primer ataque a Jay cuando está atada, o la confusa aparición de un espíritu cuando los protagonistas están disfrutando en la orilla de una playa, momento en el que el espectador tiene que contar mentalmente el número de personajes en escena para descubrir que uno de ellos no debería estar ahí. Al igual que Annie, los personajes se acercan a al orilla para escapar de lo que los persigue, y Mitchell juega muy en serio con el simbolismo del agua, elemento en el que los personajes buscan protección una y otra vez, no solo esa pequeña piscina en la que Jay se sumerge al principio, y que en un momento vemos destrozada sin un porqué claro, también ese mar en el que unos muchachos navegan, para descubrimiento de una Jay que se dispone a ofrecerse sexualmente a ellos, o esa piscina final que nos ofrecerá la nada casual imagen del agua tiñéndose de sangre como posible fin de la amenaza.

It Follows - David Robert Mitchell - 2014 [ficha técnica]
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sábado, 24 de octubre de 2015

Irrational Man

Aunque son muchos los actores que a lo largo de la filmografía de Woody Allen han renunciado en gran parte a su caché para poder trabajar con el director, en la participación de Joaquin Phoenix en Irrational Man parece que es el realizador el que cede, al menos, parte de su estilo, acaso queriendo aprovechar el dibujo de los personajes interpretados por Phoenix en los últimos años como presentación del personaje de Abe, el cual se diría sacado de Puro vicio, el más reciente film de los protagonizados por el actor. Como decimos, son muchos los elementos ajenos a lo que es habitual en el estilo del autor de Manhattan que encontramos en los minutos de presentación del personaje de Abe, como son ese piano de Ramsey Lewis que acompaña a las primeras imágenes que, sin dejar de tener un fuerte aire jazz, suena inusualmente funk para la fonoteca de Allen, o esa fotografía en amplio panorámico con la que el cada vez más fascinante Darius Khondji consigue filmar la húmeda atmósfera de un escenario tan alejado de las urbes "de postal" queridas por Allen como es el tranquilo condado de Newport, en el estado de Rhode Island. No obstante, no tardará Phoenix en convertirse en un personaje más de Allen a medida que la historia de éste y la de la joven Jill (Emma Stone) avance mediante alguna de las marcas más habituales de su cine, para lo malo (esos clichés de sus guiones tan desgastados como el prometido de Jill, de clase acomodada y buen muchacho, que ya sabemos a la legua que terminará teniendo problemas de celos) pero también para lo bueno, y es que tal vez esas supuestas obras menores que Allen está ofreciendo conforme se acerca a los ochenta años nos sirvan para encontrar un sesudo discurso existencialista en su filmografía. Aquí Allen da una vuelta más a su fijación por el Dostoievski de Crimen y castigo (como en Delitos y faltas, Match Point y Cassandra's Dream) para ofrecer otro cuento sobre la culpa donde el protagonista recurre al asesinato, esta vez no con un fin práctico, sino con un sentido moral, al idear un crimen perfecto que solucione los problemas a una desconocida y, con esto, encontrar su papel en el mundo. Un sentido moral que, por otro lado, está contrapuesto al de sus semejantes, por eso la recta ética de Jill, simbolizada en esa pequeña linterna que la joven elige como premio en una barraca de feria, para la sorpresa de su amante, supondrá el gran obstáculo final en los planes del protagonista.

Irrational Man - Woody Allen - 2015 [ficha técnica]
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martes, 13 de octubre de 2015

Del revés

Los dos anteriores largometrajes del estudio Pixar que contaban con Pete Docter entre los directores acreditados narraban un relato en torno a una paternidad que sucedía de manera accidental e imposible: así como el monstruo bonachón protagonista de Monsters Inc. terminaba desarrollando un fuerte afecto paterno-filial hacia una niña a la que tendría que asustar, el anciano protagonista de Up aceptaba como un hijo al pequeño scout al cual empezó mirando con el ceño fruncido. El arranque de Inside Out, tercer largometraje firmado por Docter (con la asistencia del ilustrador Ronnie del Carmen), deja claro que no hay nada de accidental ni de insólito en el lazo natural que une a la pequeña Riley (Kaitlyn Dias) con sus parientes cercanos, cuando ésta los descubre la primera vez que abre los ojos, dejando claro que se trata de sus padres biológicos, pues el conflicto del relato no se basa en hacer posible una paternidad accidental, sino en tambalear los cimientos de un núcleo familiar que se presenta idealizado.

Tal vez haya directores más apropiados que Docter para conducir una aventura en torno a semejante disputa, pero puede que no haya ningún estudio de animación más apropiado que Pixar para desarrollar una historia de este tipo, narrada en primera persona por unos personajes fantásticos que viven en la mente de una niña, combinando un ingenuo derroche de imaginación con un esforzado y riguroso ensayo didáctico en torno al desarrollo de la mente, a cómo se forja la personalidad de un ser humano a partir de las experiencias sensoriales. Tal vez la película peque de un exceso de diálogo que resulta desmesurado, sobre todo, en su tramo inicial, pero no tardará en compensar sus defectos con una brillante capacidad de ilustrar las teorías de la mente humana mediante algo tan antitético como el cine infantil. Tal vez el más claro ejemplo lo tengamos en el trágico momento en que el personaje de Bing Bong (Richard King) se sacrifica por la protagonista, consciente de que ha llegado su hora, dejándose desvanecer en el olvido, momento que simboliza de la mejor de las maneras ese paso de la niñez a la adolescencia en el que los recuerdos de la infancia dejan (literalmente) de ser un lastre para el niño, al tiempo que éste aprende a valorar el sentimiento de tristeza como vehículo para potenciar los lazos afectivos y desarrollar empatía hacia los demás seres vivos. La desaparición de tan excéntrico personaje ("parte elefante, parte gato, parte delfín") es especialmente dramático para el espectador por haberse presentado como el impulsor de las mejores ideas del film (inolvidable la aventura en el interior del pensamiento abstracto, en el que los personajes pasan del cubismo y el dibujo en dos dimensiones a una representación no figurativa de sí mismos), acaso como último exponente de la imaginación y la inocencia que todos perdimos alguna vez, y para hablarnos de ello los artífices de Inside Out nos ofrecen imágenes que igualan, sin mucha dificultad, a las de clásicos como Dumbo o Alice in Wonderland. El cine de animación por ordenador había sido capaz de muchas cosas, pero pocas veces había mirado de tú a tú a los clásicos y los había superado de una manera tan clara.

Inside Out - Pete Docter, Ronnie Del Carmen - 2015 [ficha técnica]
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lunes, 18 de mayo de 2015

Aguas tranquilas

En las primeras escenas de Aguas tranquilas, entre otras cosas, vemos a un anciano sacrificar lentamente a una cabra con un corte en el cuello, vemos a un grupo de personas de mediana edad con atuendos tradicionales cantar y bailar de noche junto a una hoguera, vemos un mar revuelto del cual emerge el cadáver de un hombre con un enorme dragón tatuado en la espalda, vemos a una adolescente vestida de colegiala buceando en las aguas de ese mismo mar... más adelante una madre habla a su hija desde el lecho de muerte sobre los ciclos vitales, el anciano del principio confunde a su bisnieta con su difunta esposa... Aunque la película está repleta de imágenes que nos hablan, en particular, de la comunión entre ser humano y naturaleza y, en general, de esa visión panteísta tan buscada por ciertos espectadores (y distribuidores) occidentales en el cine asiático, la mayor virtud que ofrece Aguas tranquilas (al menos tras un primer visionado) nace de una idea mucho más interesante, que prevalece sobre el citado trasfondo esotérico: hablamos de cómo se trata a la mujer desde un punto de vista masculino, el del adolescente Kaito (Nijirô Murakami), que ve en las mujeres las contradicciones propias de quien está aprendiendo a ser un hombre, y cómo ello se cuenta, a su vez, desde la mirada de una mujer, la autora del film Naomi Kawase.

Casi todas esas referencias a lo sobrenatural que se desarrollan durante el metraje de la película ilustran el conflicto de un joven que desaprueba la presunta promiscuidad de su madre, lo cual le lleva a rechazar aterrado a su amiga Kyôko (Jun Yoshinaga) cuando ésta se le ofrece sexualmente. Para Kaito, no parece haber diferencia entre la sexualidad de sus compañeras y las implacables fuerzas de una naturaleza a la que todos los habitantes del pueblo de Kyôko le rinden pleitesía. De hecho, será otro hombre, el padre de Kaito, el único personaje que proporciona al joven un asidero emocional y, no por casualidad, el encuentro entre ambos tendrá lugar en un paraje tan artificial como la ciudad de Tokio, a cuyos paisajes de hormigón llegamos con una serie de panorámicas que chocan con la estética predominante hasta el momento, pero donde los personajes tendrán tiempo para hacer un canto a la capital nipona y convertirla en un escenario idealizado para ambos. Es en el momento de más intimidad entre padre e hijo cuando se nos mostrará tatuado en la espalda del primero un dragón idéntico al que vimos al principio, lo cual nos hace pensar que las acusaciones que Kaito hacia a su madre sean fruto de sus fabulaciones, de los sueños en que la mujer se acuesta con un hombre antes de que éste la abandone y se adentre a un mar revuelto en el que morirá ahogado. A partir de aquí entenderemos que el protagonista rechace el sexo al ser un vehículo mediante el cual la mujer encuentra un sustituto al marido ausente, hasta que el joven atienda a razones siguiendo las enseñanzas del bisabuelo de Kyôko, quien le aconseja no oponerse al curso de la naturaleza.

A la ya célebre imagen submarina e Aguas tranquilas que cierra el relato, le antecede la del encuentro sexual entre los dos jóvenes, lo cual tiene lugar en un extraño y surreal paraje, donde únicamente hay fango y árboles inertes, como si la muerte se hubiera adueñado del escenario para materializar los miedos de Kaito. Una vez consumado el acto sexual, Kawase filma con valentía a los cuerpos completamente desnudos de dos adolescentes, que ya no necesitan ropas ni ataduras sociales, y que nadan en armonía con las tranquilas aguas de un mar que ya no les es hostil.

Futatsume no mado - Naomi Kawase - 2014 [ficha técnica]
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sábado, 11 de abril de 2015

Corazones de acero

En Salvar al soldado Ryan, seguramente el título más popular que ha dado el cine bélico en los últimos veinte años, el guionista Robert Rodat introducía entre los personajes principales a un soldado débil e ingenuo, portando una máquina de escribir, personaje que serviría al director Steven Spielberg para acompañar al espectador en el proceso en que ambos descubrían las atrocidades de la guerra. En la primera incursión en el cine bélico del cineasta británico David Ayer, Fury (título traducido libremente en España como Corazones de acero), también conocemos al personaje de Norman (Logan Lerman), un soldado imberbe que se presenta como mecanógrafo y sospecha que su asignación al pelotón liderado por el sargento Don Collier (Brad Pitt) debe de deberse a un error. Si, en palabras del crítico Antonio José Navarro, el cine de David Ayer es "de un carácter áspero y sombrío, enfrascado en pesimistas historias de violencia que articulan un poderoso discurso personal sobre la sociedad y el mundo alejado de los estándares del Hollywood actual" (Dirigido por..., enero 2015) valga el ejemplo del personaje de Norman como muestra de este alejamiento de los estándares: A diferencia del discurso que articuló Spielberg en torno a un personaje similar, Ayer nos ofrece a través de la visión de su joven protagonista un entorno, si cabe, mucho más pesimista, desprovisto de toda heroicidad, donde el soldado tendrá que sobrevivir a costa de convertirse en un ser despiadado y sin valores.

Con esta premisa desarrolla el director un film cuya principal seña de identidad, desde la secuencia de apertura con Collier derribando violentamente a un idealizado caballero sobre un corcel blanco, es una atmósfera densa, fruto de un inspirado trabajo cromático a cargo de Roman Vasyanov, casi de cuento gótico, estando muy bien realizado por Ayer tanto en los momentos de tensión verbal como en las realistas secuencias de acción (tal vez a excepción del desproporcionado, confuso y abstracto acto pirotécnico final), mediante los cuales consigue superar los tópicos de su propio guion, dándole la vuelta a muchos elementos que, mostrados de otra manera, podrían haberse utilizado para ofrecer algo de complacencia hacia el espectador. Valga como ejemplo de esto último ese largo pasaje central en el que los soldados americanos "liberan" a un pueblo alemán de su propio ejército, ejerciendo el derecho de pernada sobre las jóvenes del pueblo, lo cual da lugar a un encuentro entre Norman y una de ellas, Emma (Alicia von Rittberg), momento éste en el que, pese a lo idealizado e imposible de su planteamiento (parece poco probable que la chica pueda enamorarse en esas circunstancias), la mirada de David Ayer augura un pésimo desenlace.

Fury - David Ayer - 2015 [ficha técnica]
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jueves, 26 de marzo de 2015

Puro vicio

De todos los (grandes) directores que ha dado el cine americano en las últimas décadas tal vez no haya otro como Paul Thomas Anderson a la hora de imponer su personalidad mientras desarrolla su trabajo. No me refiero a la personalidad que, como en el caso de sus congéneres Wes Anderson o Quentin Tarantino, da al autor cinematográfico unas reconocibles marcas de estilo, sino al hecho de que su manera de entender la vida en general, y su oficio en particular, tiene un impacto tal en sus proyectos que produce resultados imprevisibles, sorprendiendo a partidarios y detractores. No por casualidad, los dos únicos trabajos de Paul Thomas Anderson amparados por majors, Embriagado de amor y Puro vicio (producidos respectivamente por Columbia y Warner Bros.), han resultado ser dos obras contestatarias, disconformes con géneros o etiquetas: si Embriagado de amor era una extrañísima, casi fallida, "comedia romántica", éste Puro vicio termina siendo un policíaco enajenado, a ratos hilarante, pero tras el cual se adivina un talento brutal, capaz de haber hecho lo mismo de una manera mucho más ortodoxa. Así, si en sus dos anteriores largometrajes, Pozos de ambición y The Master, aplaudíamos la habilidad narrativa de Anderson para introducirnos en la historia encadenado una serie de secuencias apenas dialogadas, en el primer encuentro entre los personajes de Doc (Joaquin Phoenix) y Shasta (Katherine Waterston), el autor introduce incluso la narración de un tercer personaje, la enigmática Sortilège (Joanna Newsom), logrando con ello la misma capacidad de fascinación.

El respeto que desde este punto el director guarda respecto a la novela homónima de Thomas Pynchon le servirá para llevar el universo del escritor a su propio terreno, y convertir la narcotizada mente del protagonista en el motor de su relato filmado, no sólo a base de plantear sucesivas escenografías de carácter felliniano, que podrían no estar sucediendo en la realidad del personaje sino ser una distorsión alucinada como consecuencia de las drogas que consume, sino también a la hora de describir al resto de personajes y las relaciones que Doc desarrolla hacia éstos, que en muchos casos no se entienden desde una aproximación realista, sino que se explican muy bien desde el punto de vista del personaje: por citar las más notables, su relación hacia "Bigfoot" (Josh Brolin) que va pasando de ser el típico detective enemigo de los hippies y de los derechos civiles (otro tópico que se queda pequeño en manos del realizador) para irse convirtiendo en un reflejo simétrico de Doc, hasta el punto en que ambos llegan a pronunciar el mismo diálogo al unísono en el instante en que el policía irrumpe en la estancia de Doc estando tan fumado como él, para terminar comiéndose, literalmente, la hierba que éste se iba a fumar; su atracción hacia la bella Shasta, cuya reaparición en el centro del relato roza lo onírico, y donde protagoniza uno de los mejores encuentros sexuales concebidos por el autor de Boogie nights que, no por casualidad, está filmado desde un prisma erótico marcadamente masculino (con la joven completamente desnuda tocando la entrepierna de Doc con los pies, antes de ser azotada y penetrada por detrás por su compañero), y el papel de la citada Sortilège, personaje que narra las andanzas de Doc conociendo lo que el personaje piensa y siente ante cada giro argumental y, por tanto, bien podría ni siquiera existir en su realidad sino ser una encarnación de su conciencia.

Inherent Vice - Paul Thomas Anderson - 2014 [ficha técnica]
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martes, 17 de marzo de 2015

Maps to the Stars

En el primer encuentro dialogado de Maps to the Stars un chófer, Jerome (Robert Pattinson), se disculpa ante su cliente, Agatha (Mia Wasikowska), indicándole que no estaba disponible la limusina que ella había solicitado. Teniendo en cuenta que el actor Robert Pattinson protagonizaba el film Cosmopolis casi íntegramente desde el interior de una limusina, parece como si David Cronenberg quisiera continuar y, al mismo tiempo, claudicar el discurso de su largometraje anterior, estableciendo una conexión entre ambas películas que va más allá de esta anécdota. Ambos trabajos forman un díptico en el que Cronenberg deposita su malsana mirada sobre las clases dominantes, y lo hace eligiendo los escenarios más adecuados a ambas orillas de los Estados Unidos: Cosmopolis elegía Nueva York como motor financiero de Occidente, Maps to the Stars tiene lugar en Los Ángeles, capital que todavía alberga la fábrica de sueños de medio mundo. La descripción que el autor de Crash hace de la clase alta residente en Hollywood es, como no podía ser de otra manera, escéptica y desmitificadora, juzgando todas sus hipocresías y miserias, ofreciendo con ello un resultado que parte de un punto intermedio entre la sátira social de estructura coral de El juego de Hollywood de Robert Altman y la atmósfera densa y surrealista de Mulholland Drive de David Lynch, pero que termina convirtiéndose en un producto alejado de ambos estilos, de difícil digestión para el espectador, en la línea (distancias geográficas aparte) de la visión misántropa del Michael Haneke de Caché o Código desconocido. Ya desde los primeros minutos en los que conocemos a personajes como el joven Benjie (Evan Bird), un actor adolescente malcriado y déspota, o la mucho más madura Havana (impresionante Julianne Moore), actriz materialista y pija en el ocaso de su carrera, notamos que esa incomodidad será una de las notas dominantes del film, en gran medida provocada por la incorrección verbal de los diálogos escritos por Bruce Wagner: véase cómo Benjie desprecia a la niña enferma de cáncer a la que ha prometido una película sobre su vida, y cómo después él y otros jóvenes de su entorno critican con una ofensiva frivolidad a sus compañeros de profesión y a sus fans, o cómo Havana se somete a terapias basadas en el castigo físico para superar las vejaciones recibidas durante la infancia, para después ver cómo su madre se le aparece en alucinaciones reprochándole que tales acusaciones son falsas. Los diálogos de Maps to the Stars resultan a veces paródicos, pero van más allá de lo admisible como humor, y es que Cronenberg, con su habitual montaje seco y una puesta en escena directa y funcional, pone de su parte para suscitar repulsión hacia un puñado de personajes conducidos hacia la autodestrucción, capaces de celebrar saltando y cantando cuando un niño muere ahogado en una piscina, solo porque el accidente les va a permitir interpretar el papel soñado.

Maps to the Stars - David Cronenberg - 2015 [ficha técnica]
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sábado, 31 de enero de 2015

Lo mejor de 2014

Por muy poco tiempo (cada vez menos) que pueda dedicarle a este blog, no me gustaría dejar de publicar, al menos, la entrada con lo mejor del año. En esta ocasión me está costando bastante más de lo habitual, de modo que voy haciendo un post provisional que iré actualizando con nuevas listas, votaciones detalladas y enlaces conforme el tiempo me lo permita.

Fotogramas

Extranjerasvotos
1Boyhood208
2Her63
3El lobo de Wall Street56
4Ida56
5Jauja54
6A propósito de Llewyn Davis52
7Nebraska50
8Sueño de invierno (Winter Sleep)48
9El Gran Hotel Budapest46
10Interstellar34
11Perdida33
12Relatos salvajes29
13Rompenieves27
14La Lego película25
15Adiós al lenguaje23
Españolas
1La isla mínima248
2Magical Girl243
310.000 Km90
4Hermosa juventud73
5Loreak62
6El niño51
7Carmina y amén42
8Stella cadente36
9Historia de la meva mort34
10Sobre la marxa23
11El futuro21
12Open windows21
13Ocho apellidos vascos19
14Ciutat morta17
15Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo17

Caimán Cuadernos de cine:

Favoritasvotospuntos
1Boyhood12105
2Jauja849
3Adiós al lenguaje745
4El último de los injustos531
5Solo los amantes sobreviven526
6El Gran Hotel Budapest525
7A propósito de Llewyn Davis523
8El lobo de Wall Street521
9El sueño de Ellis434
10The Grandmaster432
11La imagen perdida430
12Un toque de violencia424
13El viento se levanta423
14Magical Girl420
15Sueño de invierno (Winter Sleep)420
Inéditas
1Cavalo Dinheiro729
2Maidan416
3The Kindergarten Teacher412
4La Sapienza26
5Bande de filles24
6Rocks in My Pockets23

Miradas de cine:

Películasvotospuntos
1Boyhood25190
2El lobo de Wall Street20121
3Perdida1990
4El Gran Hotel Budapest17122
5Jauja17110
6A propósito de Llewyn Davis16108
7Magical Girl1683
8Solo los amantes sobreviven1576
9Interstellar1572
10El viento se levanta1567
11El congreso1390
12Sueño de invierno (Winter Sleep)1365
13La isla mínima1258
14El desconocido del lago1167
15Her1165
Series
1True Detective2031
2Hannibal (2ª temp.)714
3Fargo78
4The Knick610
5Mad Men (7ª temp. parte 1)47
6P'tit Quinquin46
7Louie (4ª temporada)36
8Juego de tronos (4ª temp.)35
9Orphan Black (2ª temp.)34
10Olive Kitteridge24
11House of Cards (2ª temp.)23
12The Good Wife (5ª temp.)23
13Silicon Valley22

Cahiers du Cinéma:
  1. P'tit Quinquin
  2. Adiós al lenguaje
  3. Under the skin
  4. Maps to the stars
  5. El viento se levanta
  6. Nymphomaniac
  7. Mommy
  8. Love is strange
  9. Le paradis
  10. Sunhi

Sight & Sound:
  1. Boyhood
  2. Adiós al lenguaje
  3. Leviathan
    Cavalo Dinheiro
  4. Under the skin
  5. El Gran Hotel Budapest
  6. Sueño de invierno (Winter Sleep)
  7. The Tribe
  8. Ida
    Jauja
  9. Mr. Turner
    National Gallery
    El lobo de Wall Street
    Whiplash
  10. The Duke of Burgundy
  11. Birdman
    Dos días, una noche
    Citizenfour
    The Look of Silence
    El viento se levanta


Votaciones de Caimán Cuadernos de cine
VotanteFavoritasInéditas
Fran Benavente
  • O Velho do Restelho
  • Cavalo Dinheiro
  • Belluscone
  • Joâo Bénard da Costa
  • La Jalousie
Javier H. Estrada
Carlos F. Heredero
José Antonio Hurtado
Eulàlia Iglelsias
José Manuel López  
Carlos Losilla
José Enrique Monterde  
Gonzalo de Pedro
  • Cavalo Dinheiro
  • Journey to the West
  • Ming of Harlem - Twenty One Storys in the Air
  • Letters to Max
  • Fathers and Sons
Jaime Pena
Àngel Quintana
Carlos Reviriego
Juanma Ruiz  
Antonio Santamarina  
Jara Yáñez  
... leer más