El noveno largometraje de los estudios Pixar, WALL•E, era un film asombrosamente adulto. Sin romper con las premisas de Disney, ofrecía una mirada tan fascinante de lo que contaba que no nos extrañaría que la posteridad lo colocara entre los clásicos de la ciencia ficción. Era WALL•E un relato que parecía ingeniado por Aldous Huxley y filmado por Jacques Tati, con lo cual el equipo de John Lasseter demostró de manera clara (si bien es algo que se dejaba entrever en la mayoría de sus anteriores trabajos) que eran algo más que una empresa dedicada a la industria del mero entretenimiento, que no tenían nada que envidiar al mejor cine de autor. Sin embargo, ni siquiera allí el equipo de Pixar estaba a la altura a la hora de utilizar seres humanos en sus historias, es decir, sus largometrajes nunca producían el mismo efecto cuando la tarea no era humanizar entes irracionales (como juguetes, insectos, monstruos, peces, coches o robots) sino hacer atractivas a las personas. Las cosas parecen por fin haber cambiado en Up, un largometraje donde precisamente los personajes humanos constituyen lo mejor de la función.
La historia del entrañable anciano Carl Fredricksen es uno de los más bellos relatos sobre la senectud que ha dado el cine en muchos años, a mi parecer, por encima incluso de películas como Gran Torino, y ello gracias en gran parte a la innegable fuerza de sus minutos introductorios: a un breve prólogo en el que un jovencísimo Carl conoce a Elie, una niña de su misma edad, le sigue una magistral pieza sin diálogos, sin más adorno que un sencillo vals para piano de Michael Giacchino, en el que se repasa toda la vida que ambos comparten juntos. La fuerza de este arranque es tal que el resto del relato se verá contagiado de su dramatismo, dejándonos un recuerdo amargo que persistirá incluso en las situaciones más cómicas, dando más fuerza a los momentos en los que el film recupera este intimismo (por ejemplo, cuando Carl repasa el diario de aventuras de su esposa) y haciendo que se perdonen las secuencias menos logradas del conjunto. Porque no faltan en Up defectos que lastran su ascensión (si bien estas imperfecciones contribuyen a que tenga el encanto de las obras de arte inconclusas), que impiden que se convierta en la obra maestra que pudo haber sido, como son los momentos en los que la narración se entrega al slapstick más infantil, casi siempre a partir de las situaciones que genera el inquieto Kevin, un éxotico pájaro que los protagonistas encuentran en Sudamérica, o las escenas protagonizadas por el ejercito de perros que persiguen al ave, los cuales están provistos de un collar que les permite hablar. Nótese cómo el film resulta genial cuando describe sin diálogos la vida de los humanos pero flaquea cuando dota de lenguaje a los animales, un cliché de la animación para todos los públicos que a los artífices de Up les queda pequeño.
'Up' - Pete Docter, Bob Peterson - 2009 [ficha técnica]
jueves, 6 de agosto de 2009
Up
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Para mí es un bluf con un techo de calidad bastante alto. Pero vamos, que Disney (y ahora Pixar) no hace otra cosa que aplicar la misma fórmula para cada una de sus películas. No hay frescura, inventiva, creatividad, no hay arte que se respire en casi ningún lado. Una extraordinaria economía de recursos durante los primeros minutos y no mucho más.
ResponderEliminarSaludos!
Como las comparaciones son odiosas y más en el caso de los buenos precedentes, creo que sería mejor intentar no fijarse demasiado en otros pixar’s. Aún y todo, a mí me sigue pareciendo un milagro que esta gente siga manteniendo un equilibrio entre todo aquello que esperan las diversas especies de público que se presentan en el cine a ver películas como ésta (que son de lo más heterogéneo). Al final, Up cumple muy correctamente desde muchos puntos de vista (historia, personajes, acción, efectos), inevitablemente en unos más que otros, teniendo como resultado global algo con unas pretensiones mayores de las que uno puede prever inicialmente.
ResponderEliminarSin duda uno de los alicientes de Up es el salto de protagonista de carne y hueso. En este punto yo al menos intuyo una cierta manipulación de pixar entre el público viejuno y con memoria (aunque sea mínima) cinematográfica. ¿O soy yo el único que ha visto en esta película la resurrección de Spencer Tracy ó Errol Flynn (aunque hay quien me apunta a Kirk Douglas)? Mmm, la de resurrecciones que se me ocurren ahora mismo.
Saludos de Ñañasland.
A Pixar la sigo teniendo en un altar, y Up me sigue dando fuerza en mi Fe en Lasseter. Siguen contando las historias con más conocimientos del medio que el 95% de los directores de cine actuales
ResponderEliminarUp huele a Disney en el mejor sentido de la palabra. Hablo de los Clásicos, claro. Emoción a flor de piel, sin que caiga en la sensiblería.
La apuesta por los seres humanos es todo un éxito. Me imagino al niño de Toy Story con esta expresividad y capacidad de transmitir y me relamo esperando la tercera parte
Ñañas. Lo de Spencer Tracy me lo ha comentado bastante gente, con lo que no son imaginaciones tuyas. En cuanto a tachar de manipulación el que sea un viejuno, creo que va más por apostar por traer al cine a todo el pack niño-adulto-abuelete. ¿Oportunismo? Creo que no. Sólo es que se dirigen aun segmento siempre ignorado como consumidor de cine, cuando son los que en los 50-60 se pusieron moraos de clásicos en sesión contínua.
Los animales de la peli a mí si que me hicieron gracia. El pájaro me pareció la caña. Con los perros sí que tengo alguna duda más...
¡Viva Pixar!
lo que pixar a conseguido es hacer pelis para adultos (de esto no hay ninguna duda) disfrazadas de vivertimentos infantiles.
ResponderEliminarel prologo es de lo mejor que he visto en mucho tiempo (solo comparable al de pozos de ambicion en esta decada).
ResponderEliminarHernán, he leído lo que dices en tu blog (aún teniendo la impresión de que no has leído el mío) y, estoy de acuerdo en algunos aspectos, pero creo que pecas de lo mismo a lo que acusas a la película, es decir, has querido escribir una reseña "que tenga y sea todo", dejando claro que no te gusta la película al mismo tiempo que reconoces que, en el fondo, te ha gustado.
ResponderEliminarAl anónimo de Ñañasland decirle que los mismos autores de Up han citado a Spencer Tracy como referente. Es como una caricatura del actor con el rostro cuadrado, lo cual, según dicen, les dio muchos problemas, cito:
"Cuando Carl tiene la boca cerrada parece prácticamente un bloque de madera, sin embargo cuando abre la boca su cara debe parecer que tiene piel y es de carne y hueso; eso fue todo un desafío. Fue una de las cosas más difíciles de la película, lograr que el movimiento de su mandíbula tuviera credibilidad y elasticidad".
Jon, en cuanto a hacer adorables a los seres humanos, Pete Docter ya apuntaba maneras con la niña de Monsters inc., no es casualidad que haya sido él quien haya seguido por este camino. Al Lasseter de Toy Story en cambio parece que le guste más fascinarnos con personajes imposibles como los de Cars.
Jose Carlos, pienso lo mismo que tú del arranque de Up, pero ¿en qué es comparable con Pozos de ambición?
Gracias a todos por vuestros comentarios.
no se parece, digo que el prologo de up me gusto tanto como el prologo de pozos de ambicion.
ResponderEliminarCoincido con Jose. Qué gran prólogo. Cómo en tan poco tiempo te puedes emocionar tanto, y si no recuerdo mal era sin palabras.
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