Tal vez porque desconozco la obra homónima de Terence Rattigan que adapta este film del director/actor Terence Davies, no puedo evitar encontrar en The Deep Blue Sea puntuales similitudes con el magistral film testamentario del iningualable Carl Theodor Dreyer, Gertrud. Para empezar, encuentro esto en lo que respecta a las motivaciones de su protagonista femenina, de sentimientos confundidos por el amor hacia dos hombres completamente diferentes entre sí, siendo individuos ejemplares bien en la vida pública, bien en la privada, pero nunca en ambas, algo que queda perfectamente definido en un flashback introductorio repleto de apuntes hacia esa idea, entre ellos cómo la joven de apariencia pudorosa Hester (Rachel Weisz), se despide con un amistoso beso de su marido, Sir William Collyer (Simon Russell Beale), un hombre mucho mayor que ella, para encontrarse con el apuesto Freddie (Tom Hiddleston), y terminar compartiendo un fogoso encuentro sexual en el que vemos los cuerpos de ambos entrelazarse completamente desnudos, antes de que la mujer lama lujuriosamente la espalda de su amante. También encuentro destellos "dreyerianos" en el respeto con el que Davies describe el hundimiento interno de estos hombres ante el rechazo de la mujer, consiguiendo con ello también relatar un terrible problema de masculinidad, sobre todo en lo que respecta a quien resulta más ejemplar desde un punto de vista social, esto es, Gustav (Bendt Rothe) en el film de Dreyer, William en el caso de Davies. Es significativo cómo éste último se muestra autoritario cuando pide a su mujer, tras descubrir su infidelidad, que abandone su casa mientras él se despide de su madre para mantener intacta su dignidad (sic), pero no puede ocultar, a medida que avanza el relato (y gracias a la excelente composición brindada por Russell Beale), su derrumbe interior, pese a presentarse en todo momento como un hombre de clase acomodada y envidiable aceptación social. El texto, no obstante, es notablemente diferente en lo que concierne a la descripción de Freddie, antitésis de William, quien en el film de Davies estalla en ira y se entrega al alcohol debido a la inestabilidad emocional de la mujer.
Admito, sin embargo, que en muchos otros aspectos The Deep Blue Sea se parece más, como muchos apuntan (y yo no voy a contradecir), al melodrama clásico anglosajón estilo Max Ophüls en Carta de una desconocida o Madame de..., o David Lean en Breve encuentro, modelos que sirven de referencia a Davies para el tratamiento dramático, al tiempo que procura un delicioso refinamiento escénico para sus imágenes, si bien Davies realiza esto de manera compulsiva, lo que deviene en un ejercicio casi subversivo, por excesivamente barroco, no sólo en la puesta en escena, también en el montaje, y es éste el otro gran aspecto que hace especial y recomendable al trabajo de Davies: véase el obsesivo uso de fundidos a negro de los primeros minutos, cuando Hester está preparando la estancia para su suicidio, muchos de ellos insertados incluso en un mismo plano; el uso de exagerados filtros de difuminación para indicar diferentes tiempos narrativos en la memoria de la protagonista; la acomodación de muchas de las imágenes a la exquisita composición para violín de Samuel Barber, hasta el punto de que podríamos dudar cuál de las dos es el objeto principal y cuál el acompañante, o la prolongada duración de algunas tomas descriptivas, tanto en los planos medios que describen los protagonistas como en esos movimientos en estancias como el pub irlandés donde los personajes pasan las noches o el de esas vías de metro en el que los habitantes de Londres se refugian del fuego alemán. Es precisamente mediante uno de estos movimientos de cámara con el que se abre y cierra con simetría el relato, mostrando el plano final un ambiguo optimismo, ya que la mujer está, si cabe, peor que al principio y sin posibilidad de salvación sentimental, pero ya no enciende la estufa para morir asfixiada por el gas sino para calentar su pequeño apartamento, y dirige sonriente su mirada a una soleada ciudad en ruinas en la que la vida parece volver a tener sentido.
The Deep Blue Sea - Terence Davies - 2011 [ficha técnica]
domingo, 21 de octubre de 2012
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Madison
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