Muchas veces hemos visto que, en el cine, autoridad no es sinónimo de autoría. Una película puede resultar excelente cuando su director no actúa de forma dominante sobre su equipo, sino que se comporta como un mero coordinador del trabajo del resto, intentando que todos den lo mejor de sí mismos pero procurando desaparecer su responsable dentro de la labor colectiva. En esta manera de trabajar, conviene que las diferentes partes tampoco pretendan hacerse notar por encima del grupo. En Cheri, película dirigida por Stephen Frears, ocurre que el proyecto sirve como vehículo para lucimiento de muchos integrantes. Por ejemplo, Michelle Pfeiffer no es que esté especialmente acertada en su papel de la prostituta Lea de Lonval, a ratos resulta sobreactuada, pero el personaje le sirve a la actriz, a sus cincuenta años, como excelente símil de su propia condición, habiendo sido ambas mujeres muy hermosas en el pasado, y encuentran que ya no seducen a su público más joven, y ésta es una idea que la película de Frears intenta desarrollar. También tiene un peso importantísimo en la película el prolífico compositor Alexandre Desplat, responsable de una partitura asombrosamente larga y trabajada. O el cuidadísimo diseño de producción del film, con elaborados escenarios estilo art nouveau, y detalles tan atractivos e importantes en la casa de Lea de Lonval como la escalera, los balcones o el cabecero de su cama ("su lugar de trabajo" en palabras del propio personaje). Hasta Colette, autora del libro homónimo publicado en 1920, aparece en forma de la voz del narrador (el propio Frears) que abre, guía y cierra el relato, acaso un homenaje de Frears y su guionista Christopher Hampton a la célebre escritora francesa.
Y sin embargo, todas estas facetas de Cheri, sobresalientes por separado, se funden en un resultado bastante pobre, porque a menudo no consiguen coordinarse. Por ejemplo, la música de Desplat es casi siempre un lastre para la narración, no dejándonos casi nunca que escuchemos el sonido ambiente o los silencios de los protagonistas, excepto en escenas no protagonizadas por Pfeiffer y que se suponen menos importantes de cara a la explotación comercial del film, como los diálogos entre Cheri (Rupert Friend) y Edmee (Felicity Jones) que, precisamente por este motivo, terminan siendo los momentos más intensos de la película. Otras veces esta música aporta una entonación dramática en disonancia con lo que las imágenes muestran, como cuando Lea tiene el primer encuentro con Cheri o cuando la madre de éste le comunica que ha arreglado el matrimonio de conveniencia de su hijo, momentos en los que el rostro de ella delata preocupación o tristeza mientras que la música suena ligera y alegre. Por no hablar de la aportación del narrador a la película, especialmente desafortunada en sus últimos momentos, cuando un más que acertado primer plano del rostro de la protagonista se estropea por la voz del director contándonos un desenlace de los hechos que nada tiene que ver con lo que podría contarnos Frears con esa imagen.
'Chéri' - Stephen Frears - 2009 [ficha técnica]
martes, 16 de febrero de 2010
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