El hecho de acercarse a un género cinematográfico utilizando unas herramientas narrativas inusuales no es en absoluto novedoso. Ejemplos hay tantos como géneros, desde comedias con forma documental como Zelig, hasta musicales rodados cámara al hombro como Bailar en la oscuridad. En films de este tipo, que no por ser de género dejan de tener cierta vocación experimental, es difícil no hallar discursos metalingüísticos, tal vez por ello uno de los mayores errores de REC es el hincapié que sus autores hacen en referencia a la obsesión de sus protagonistas por el registro de la realidad con una cámara (de ahí el REC del título), en una especie de alegato traído por los pelos contra los reality shows y el gusto por lo morboso (un anacronismo que huele a los tiempos de Tesis, en cierto modo, un título que abrió una etapa del cine patrio para la que REC supone un excelente punto y aparte): véase que, tratándose de una suerte de documento no editado, Jaume Balagueró y Paco Plaza rompen en dos ocasiones sus propias reglas para subrayar la obsesión de sus personajes por filmar más allá de lo permitido, a saber, 1) el instante en el que los protagonistas rebobinan la cinta para ver cómo un policía dispara sobre una demente anciana, y 2) cuando, finalizado el film, volvemos a oír a modo de moraleja la voz en off de la reportera pidiendo a su compañero que no deje de grabar, pase lo que pase. Este empeño por forzar un discurso metanarrativo es, como decimos, innecesario en una película de este tipo. Al igual que El proyecto de la Bruja de Blair, REC deviene un inevitable ensayo sobre los límites de representación del cine, una vez más, a vueltas con el falso documental o con la no ficción, algo completamente lógico si se tiene en cuenta que sus autores pertenecen a una cinematografía en la que no faltan directores como Erice, Guerin o Lacuesta acostumbrados a poner a prueba las capacidades de captación de la realidad de la imagen en movimiento (y habiendo incluso algún que otro título como Sobre el arco iris, cuyo protagonista también es el encargado de filmar y narrar su propia historia).
Como ejemplar film de terror, REC no necesita de lecturas metafísicas más allá de su indiscutible capacidad para filmar el horror o para hablarnos del instinto de supervivencia. En lo que REC está por encima de antecedentes como el celebre "proyecto" de Myrick y Sánchez es en su condición de producto de entretenimiento (excepción hecha de un tramo algo aburrido en el segundo tercio del metraje), ya que sus responsables consiguen convertir sus humildes recursos en un espectáculo de primera magnitud. La angustia que sus imágenes transmiten no proceden tanto de su original narración en primera persona (en completa armonía con la era de los videojuegos) como de su particular uso de la cámara al hombro y los espacios cerrados (que recuerda a otras películas como Irreversible o United 93 que, sin ser de terror, no reparaban en momentos terroríficos). Estas virtudes consiguen esconder un guión algo simple y repleto de tópicos, pero de una estructura realmente apropiada para el género, pasando de la realidad más anodina (la central de bomberos donde no ocurre nada digno de ser filmado), a lo inesperado (la anciana que muerde en la yugular a un policía), a lo incomprensible (la extraña epidemia que la ciencia trata de explicar) y a lo deliberadamente paranormal: el inesperado final de REC es uno de los mejores momentos que ha dado el cine de terror en muchos años, siendo una culminación de todos las ideas de puesta en escena que sus realizadores muestran a lo largo del film, pero también de la valía interpretativa de su elenco, donde destaca Manuela Velasco, no por casualidad, una joven en cuyo currículum destacan más sus quehaceres como presentadora de televisión que como actriz de cine. De nuevo a vueltas con el límite entre realidad y ficción.
'REC' - Jaume Balagueró, Paco Plaza - 2007 [ficha técnica]
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jueves, 20 de diciembre de 2007
REC
Etiquetas:
estrenos 2007
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