Los climas a los que nos remite el título del último film de Nuri Bilge Ceylan son el germen de un tema demasiado banal para lo que Ceylan es capaz de contarnos. En el fondo, el film no es más que la historia de las crisis de pareja producidas durante las vacaciones de Verano y de la insoportable soledad de los divorciados bajo la lluvia de las ciudades y el frío del Invierno. Como era de esperar, Ceylan sabe estar por encima de la simpleza de su propuesta y genera atracción sobre lo que cuenta gracias a su singular forma de contarlo, y gracias a la fisicidad que tienen las imágenes de su película. Éstas recogen escaparates de la costa turca, cuyo fuerte sol casi se puede sentir, que se trasladan poco a poco hasta el frío de la helada frontera de Turquía con Armenia. Lo mejor no es la innegable belleza plástica de este escaparatismo (debida a la dirección de fotografía del también turco Gökhan Tiryaki), sino la integración que ofrecen estos paisajes de postal a los personajes que se mueven en ellos. De la misma manera que en Lejano, el anterior trabajo de Ceylan (fotografiado por él mismo), esa insólita imagen de la ciudad de Estambul cubierta de nieve servía de marco para la extraña situación en la que quedaba su protagonista, en Los climas partimos de unas escenas de playa donde la insolación parece amenazar a los propios espectadores. La forma en la que se nos cuenta la ruptura de los protagonistas no puede ser más acertada: Ceylan parte una vez más del tópico donde el hombre, a diferencia de su compañera, no es nada comunicativo, dándole la vuelta para llegar a lo mismo, siendo ella la que se expresa de mil formas pero sin decir una palabra, mientras que él se comunica mediante un largo monólogo. Más interesante aún en este momento es la ambigüedad producida por una mezcla de imaginación y realidad cuando, a una pesadilla que ella tiene cuando se queda dormida en la arena, le sigue la imaginación de él que sitúa a su compañera donde puede oir sus palabras, cuando lo cierto es que ella está sola en la lejanía. Todo esto hace que no sepamos realmente quién decide dar el paso definitivo para la ruptura, lo que permite que el autor no culpe a ninguno de los dos de la situación. Como decimos, a todo esto le sigue la soledad del protagonista en el crudo Invierno, pero también su busqueda de la pasión en otras mujeres, y después la decepción (en su ilícito escarceo sexual, el protagonista inmediatamente entra en el tedio de la relación, sentándose a mirar la televisión ya en su segunda cita).
El cine de Ceylan recuerda a los momentos más desoladores de Nanni Moretti, a una estilo como el de La habitación del hijo donde el director italiano había olvidado su sentido del humor (recordemos que Ceylan no ha recurrido al humor en su último film, pero sí en Lejano), no ya porque ambos sean autores continentales que encarnan sus propios alter-egos, sino por su tratamiento de los personajes masculinos. De hecho, Ceylan se nos presenta como uno de los pocos realizadores en activo capaces de tomarse realmente en serio a la figura del hombre, de tratar sin complejos de ningún tipo sus crisis sentimentales, en unos tiempos donde lo políticamente correcto impone que se cuenten grandes dramas sobre la homosexualidad o la situación de la mujer. En ese sentido, Los climas llama la atención por una secuencia del todo amoral: el violento primer encuentro entre el protagonista y su ocasional amante, que más que una recreación del deseo entre ambos, es la puesta en escena de una vejación. Pero Ceylan no busca con ello la transgresión como fin, sino como medio para dar una imagen tan brusca como frontal de su relación extraconyugal, y rodar luego una escena de cama mucho más dulce y sugerente con la que fue y debe ser la compañera "lícita" del protagonista (interpretada por su mujer en la vida real). Finalmente, en medio de un clima casi ártico, Ceylan nos ofrece una despedida tan amarga como inexistente: el solitario protagonista ni siquiera puede tomar una fotografía de su amada en tan bello paraje, mientras que ella no lo ve marchar, sólo imagina, entre lágrimas, que viaja en el avión que se escucha a lo lejos.
'Iklimler' - Nuri Bilge Ceylan - 2006 [ficha técnica]
viernes, 6 de julio de 2007
Los climas
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