viernes, 27 de julio de 2007

Hana

Hana pide a gritos que volvamos a hablar de la occidentalización del cine asiático o, al menos, que busquemos en sus imágenes las razones por las cuales películas orientales como ésta son importadas y distribuídas con facilidad en ciertas salas europeas. Siendo la última de Koreeda una fábula ambientada en el Japón de principios del dieciocho, sorprende que en su banda sonora encontremos una música que remite más a sonidos juglarescos que a la tradición nipona. Incluso en las obras de teatro que representan los personajes encontramos rasgos que nos son familiares ("esto no es kabuki", grita uno de los directores de la obra a su histriónico actor). Todo ello servido con una planificación y una puesta en escena dictadas por ritmos que nos son cercanos, nada que ver con la hermosa Nadie sabe, cuyo director apenas se reconoce en las imágenes de Hana (lo cual es más llamativo si se tiene en cuenta que Nadie sabe era un film más rompedor para el espectador europeo pese a que se desarrollaba, curiosamente, en el Japón actual, un escenario que tiene mucho más apego a la cultura occidental que el contexto de Hana).

Pero en Hana esta pérdida de identidad está ligada a otra corriente cinematográfica que venimos observando tanto en producciones japonesas recientes (tales como los últimos trabajos de Yôji Yamada) como en acercamientos a la cultura del sol naciente practicada por terceros (entre los cuales, Clint Eastwood sería el más digno ejemplo), consistente en la puesta en duda de las ancestrales y nunca cuestionadas prácticas samuráis. Para los asiáticos, la "invasión" occidental no es el único cambio en su punto de vista, también existe una revisión del sistema que nace desde dentro del sistema mismo. Al principio de Hana nuestro primer impulso es comparar la amable recreación de esa aldea con la desoladora imagen que Shohei Imamura nos ofreció en La balada de Narayama, historia desarrollada en un contexto muy similar: el mundo de Koreeda queda sobre-edulcorado y falto de fuerza en comparación con el de Imamura, pero no debemos comparar ambos planteamientos, el joven Koreeda nos está hablando de otra cosa.

'Hana yori mo naho' - Hirokazu Koreeda - 2006 [ficha técnica]

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