Quedaba bien reconocer en Una historia del Bronx, debut como director de Robert De Niro, la influencia que sobre éste y el guionista de aquel film, el también actor Chazz Palminteri, había ejercido el supuestamente admirado por ambos Martin Scorsese. Aquello debió de ser puro marketing: sin duda, la productora consideró más acertado para el lanzamiento como realizador del mítico actor un guión desarrollado en el mundo de los gangsters italoamericanos, y una narrativa lineal adornada con coloquiales voces en off, en definitiva, los clichés con los que su público se sentiría más confortable, por ser maneras en las que habitualmente solía desenvolverse como actor (y no sólo con Scorsese). Si esto no es así, imagino que Robert De Niro estará enormemente decepcionado con su segundo film como director, trece años después, El buen pastor, un trabajo con un estilo completamente opuesto a aquel pero, sobre todo, notablemente distinto en términos de producción, especialmente si atendemos a una parafernalia mucho más ambiciosa o a pequeños detalles como su título, sospechosamente parecido al film que otra productora nos ofreció hace poco, El buen alemán, y que también se detiene en las relaciones entre americanos y soviéticos a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, De Niro ha pasado de rendir tributo a las ideas que se llevaban en el tipo de cine en el cual participaba hace una década (como decimos, las historias violentas, la disección hiperrealista Scorsesiana, la producción de bajo coste), a inclinarse radicalmente por todos los vicios cinematográficos del cine reciente, desde la obligatoria "impecable factura técnica", hasta los misterios de la trama que se van desvelando progresivamente en forma de sorpresas (por ejemplo, qué escribió el padre del protagonista en una nota antes de suicidarse, o qué es el objeto misterioso que hay sobre la mesita de una imagen en blanco y negro granulado), todo ello servido en un montaje de secuencias caprichosamente desordenadas, aunque a diferencia de otros títulos recientes, el film de De Niro no corre excesivos riesgos en ese sentido, e inserta unos subtítulos explicativos del momento y el lugar en el que suceden los hechos.
El buen pastor, por tanto, es de nuevo un film contaminado por influencias impuestas (o no) a su director, lo cual hace que su balance sea negativo. Fijémonos en la intervención de Francis Ford Coppola como productor, pues puede que sea esa la causa del excesivo uso del montaje en paralelo en el film, que lo mismo sirve al montador para dramatizar un momento tan terrible como el asesinato a una chica que es arrojada a sangre fría desde un avión, contrastado con la imagen de su prometido conociendo la noticia en la misma puerta de la iglesia, como para dar pomposidad a la investigación abierta contra un espía ruso, mezclada con este mismo espía tocando una pieza de violín. Esta secuencia también es un ejemplo del cúmulo de planos innecesarios que se nos muestra: durante el examen minucioso que el detective hace del libro que oculta la identidad del infiltrado (Ulises), un cabello cae de entre las páginas, y éste hecho es filmado a cámara lenta, con un irritante ánimo de resultar espectacular. Y es que ese es el mayor problema de El buen pastor, no sólo un generoso montaje que no descarta absolutamente nada de material en el resultado final, sino su intento continuo de presentar cada momento como si fuera el más importante de la trama. El resultado: casi tres horas de cine denso y empalagoso, con filtros visuales y auditivos que velan el buen hacer de un reparto, por otro lado, espectacular (Michael Gambon, John Turturro, William Hurt, Joe Pesci o el propio Robert De Niro son sólo una pequeña muestra) pero que cuenta para sus personajes más importantes con medianías como una limitada Angelina Jolie, o un Matt Damon que hace una interpretación demasiado seca de un personaje que, si bien no pedía excesivos alardes dramáticos, sí que hubiera agradecido una mejor construcción interna.
'The Good Shepherd' - Robert De Niro - 2006 [ficha técnica]
miércoles, 18 de abril de 2007
El buen pastor
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