Ignorando las diferencias en el tono, Días de agosto recuerda levemente a una de las películas más célebres de Nani Moretti, Caro diario, por varios motivos, pero sobre todo por ser una especie de cuaderno de viaje cinematográfico llevado al extremo de dedicar largos planos a la carretera por la que transitan los vehículos de los protagonistas (la Vespa de Moretti y la furgoneta de Marc y David Recha) con el acompañamiento de una banda sonora muy popular. También por la inclusión de los propios realizadores como protagonistas de dos extrañas road movies, si bien Marc Recha quiere ser más modesto que el director italiano, e intenta a menudo desaparecer de los encuadres, y apuntar con su cámara al resto de elementos. Esto deviene uno de los innumerables problemas de Dias de agosto, un film que, por otro lado, más vale no analizar de manera demasiado ortodoxa: el director suele dar la espalda para que la cámara busque de frente al resto de personajes, lo que nos hace ver que hay tanta expresividad en la nuca de Marc como en el rostro de los secundarios, que carecen del rasgo humano que otras veces hemos visto en actores no profesionales, aunque peor es cuando el hermano del realizador juega a ser actor de verdad y busca expresarse poniendo ridículas caras, no ya de amateur sino de mal actor.
Lo cierto es que es una auténtica lástima encontrarnos con un film de tan excaso interés de manos de Marc Recha. Baste ver su anterior trabajo, Las manos vacías, para descubrirlo como un director de una gran inquietud, militante de un cine para minorías, despreocupado por cerrar sus extrañas historias mediante los elementos narrativos clásicos, lo que lleva a correr grandes riesgos pero también a ofrecer un cine fresco y muy visual. Ésta es una virtud de la que no goza Dias de agosto, lo cual es su peor carencia como experimento cinematográfico, ya que su sencillo relato esta narrado absolutamente mediante la voz en off de la hermana pequeña de los protagonistas, a lo que acompaña una colección de imágenes fijas o en movimiento que poco o nada tienen que añadir. Solo destacan algunos episodios en su tramo final, donde David pierde por completo de vista a su hermano, que después reaparece sin más explicaciones en una especie de licencia narrativa a lo David Lynch, aunque no es el autor estadounidense el único que parece evocarse en las imágenes de Días de agosto: los planos dedicados a la búsqueda del hermano perdido entre bosques y pantanos tienen mucho del Tropical Malady de Apichatpong Weerasethakul. Por si no tuviera suficientes carencias, Dias de agosto tiene la desgracia de competir con uno de los títulos capitales de los últimos tiempos.
'Dies d'agost' - Marc Recha - 2006 [ficha técnica]
lunes, 18 de diciembre de 2006
[Opinión] Días de agosto
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