La carrera de cualquier joven aspirante a cineasta empieza en el cortometraje. Casi todos los cortometrajes poseen unas características comunes, que vienen dadas por una escasez de medios forzada, y porque casi siempre son historias con muchos trucos, buscando la sorpresa de algún ojeador. Tras rodar algunos cortometrajes, videoclips y spots, muchos son elegidos para rodar su primer largo. El problema se da cuando han adquirido tal experiencia en el corto que sólo saben hacer eso, y su ópera prima no es un largo, sino un cortometraje de larga duración. Es tan frecuente esta práctica que, al final, el cortometraje no se refiere a una duración sino a un género cinematográfico. Una película de este género se rueda con bajo presupuesto, muy pocos actores, economía de escenarios y una historia nada trascendental con muchos giros argumentales que (por desgracia) sólo da para 20 o 30 minutos, aunque el metraje será tan largo como ambiciosa sea la producción. De esto último depende en gran medida lo bien que funcione una película de este género, según sea su duración la acertada o no, se obtendrá una notable película como Reservoir dogs o Memento, o un film fácilmente olvidable como Pi o Cube.
Hard candy es un buen ejemplo de film "cortometraje" con una inadecuada duración. Ahora mismo sólo consigo recordar un momento del film, la larga escena de la castración, donde todo funciona bien, pero además el material escrito requiere exactamente la duración filmada en el montaje final. Hasta entonces, todo en la película no son más que vacíos, tiempos muertos y rellenos con el fin de alargar el metraje al estándar de los 100 minutos. Su director no se toma la molestia de elaborar una descripción interna de los dos únicos personajes, estos se limitan a declamar con algo de histrionismo sus defectos y aficiones, de manera que los rostros y los gestos de los actores no encajan con lo que al final se descubrirá de cada uno. Por esto, la película es una sucesión de engaños al espectador, de falta de respeto: el protagonista se encuentra mal y termina desmayándose ante lo cual la chica se muestra asustada, sin embargo luego se descubrirá que ella le ha puesto un sedante en la copa dentro de un plan perfectamente orquestado, el espectador verá qué ella se asustó para engañarlo a él. Después el protagonista utiliza armas psicológicas para que le desate, ella se echa a llorar y está a punto de liberarlo, para al final se ríe maliciosamente, resulta que estaba fingiendo, aunque el espectador se lo veía venir porque ya ha aprendido del engaño anterior, y toda esa secuencia no sirve ni para confundir.
Otro problema del sobredimensionamiento de un cortometraje es en qué momento ocurren las cosas. El protagonista puede morir perfectamente en la mitad de un corto, no pasa nada porque sólo quedan 10 minutos de película. Sin embargo, no se puede asesinar al protagonista en la mitad de un film de dos horas, porque no sería sostenible una hora de metraje sin el protagonista. Cuando un personaje corre hacia una ducha cuchillo en mano, lo más seguro es que la chica no esté allí, ella no puede morir tan pronto. Cierto que Hitchcock mató a su estrella en la ducha al principio de Psicosis, pero él podía permitirse cualquier cosa, no como el debutante David Slade, y al final el experimentado expectador pensará todas estas cosas más rápido de lo que él le puede mostrar, por mucho que confunda con extraños movimientos de cámara, planos desenfocados o música electrónica.
Al final de una película así, lo más probable es que no nos importe lo que les pasará a los personajes, porque no conocemos nada de ellos y lo poco que sabíamos era mentira. No digo que haya que desconfiar de este director, pero tampoco me parece justo poner en el cielo de los talentos a cada debutante que gana premios en el festival de Sundance. Puede que su siguiente película sea tan buena como Requiem por un sueño, o puede que se encasille en los cortometrajes, y se encargue de la siguiente secuela de Cube.
'Hard Candy' - David Slade - 2005 [ficha técnica]
viernes, 18 de agosto de 2006
[Opinión] Hard candy
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Ganadora del último festival de cine internacional de Sitges, contemplamos "Hard Candy" con pasmo, bueno, de ahora en adelante, dejaré bien claro, aunque se debe suponer, que todo lo que voy a decir a continuación es mi opinión personal, tan sólo.
ResponderEliminarSí, pasmo por la poca, casi nula, consistencia del producto. Y en todos los sentidos, desde el puramente fílmico, hasta el "mensaje" que supuestamente tiene.
No sé si estará creada solamente para provocar la polémica, pero en lo que a mí concierne no debe levantarla en absoluto, ya que se trata de un producto vacío, rebuscado, poco sugerente y que, por si fuera poco, aunque no llega a aburrir, eso nunca, sí que repatea en alguan ocasión y provoca un cierto hastío ante la vacuidad de lo que se está contemplando.
Pretende que el espectador, sobre todo el masculino, se sienta identificado con el protagonista, y sufra sus cuitas. Pues nada de eso ocurre, ya que todo está planificado y narrado de tal pobre forma que unicamente provoca la indiferencia. Porque, y esto no me doy importancia en absoluto, pues es algo negativo, me pareció previsible, lo que en un filme como este, considero un grave fallo.
Solo al final se sabe, y no demasiado claramente, a qué venía todo el tinglado, pero cuando llega el "ansiado" momento, ya es muy tarde y todo da practicamente igual.
Sí, sé bien que este tipo de "productos", perfectamente planificados para llegar a ser auténticos bombazos en taquilla por su malsano argumento, gustará mucho a los espectadores más jóvenes, pero a los que llevamos un tiempo en esto de ver películas, nos dejará un poso muy amargo, pues se ven claras sus intenciones, manipuladoras y, ¡ahy! escasamente eficaces.
Buena interpretación de la joven Ellen Page, y un empleo de fotografiar novedoso que a mí no me ha convencido en absoluto, al igual que la forma de contarla, con un abuso de los primeros planos.
No, no me ha convencido en absoluto.
Sitges está bien para intentar ver un puñado de películas que no se estrenarán (hay que elegirlas con astucia para no "gastar" sesiones en títulos que luego se verán en salas de estreno), pero es mejor ignorar por completo su palmarés. No tiene ninguna utilidad ni es garantía de nada.
ResponderEliminarLo curioso es que los dos comentarios de esta entrada citan el festival de Sitges y yo ni siquiera sabía que compitió allí.
ResponderEliminarDaniel, lo que dices del palmarés creo que es aplicable a todos los festivales. Lo mejor es seguir distintos periódicos y revistas para ver qué opina el corresponsal de turno de todas las películas, no sólo de las ganadoras.